viernes, 23 de marzo de 2012

Poesía Náhuatl Netzahualcóyotl ESTOY TRISTE Estoy triste, me aflijo, yo, el señor Nezahualcóyotl. Con flores y con cantos recuerdo a los príncipes, a los que se fueron, a Tezozomoctzin, a Quaquauhtzin. En verdad viven allá en donde de algún modo se existe. ¡Ojalá pudiera yo seguir a los príncipes, llevarles nuestras flores! ¡Si pudiera yo hacer míos los hermosos cantos de Tezozomoctzin! Jamás perecerá tu nombre, ¡oh mi señor, tú, Tezozomoctzin! Así, echando de menos tus cantos, me he venido a afligir, sólo he venido a quedar triste, yo a mí mismo me desgarro. He venido a estar triste, me aflijo. Ya no estás aquí, ya no, en la región donde de algún modo se existe, nos dejaste sin provisión en la tierra, por ésto, a mí mismo me desgarro. <> CANTO DE HUIDA En vano he nacido, en vano he venido a salir de la casa del dios a la tierra, ¡yo soy menesteroso! Ojalá en verdad no hubiera salido, que de verdad no hubiera venido a la tierra. No lo digo, pero… ¿qué es lo que haré?, ¡oh príncipes que aquí habéis venido!, ¿vivo frente al rostro de la gente? ¿qué podrá ser?, ¡reflexiona! ¿Habré de erguirme sobre la tierra? ¿Cuál es mi destino?, yo soy menesteroso, mi corazón padece, tú eres apenas mi amigo en la tierra, aquí. ¿Cómo hay que vivir al lado de la gente? ¿Obra desconsideradamente, vive, el que sostiene y eleva a los hombres? ¡Vive en paz, pasa la vida en calma! Me he doblegado, sólo vivo con la cabeza inclinada al lado de la gente. Por ésto me aflijo, ¡soy desdichado!, he quedado abandonado al lado de la gente en la tierra. ¿Cómo lo determina tu corazón, Dador de la Vida? ¡Salga ya tu disgusto! Extiende tu compasión, estoy a tu lado, tú eres dios. ¿Acaso quieres darme la muerte? ¿Es verdad que nos alegramos, que vivimos sobre la tierra? No es cierto que vivimos. Y hemos venido a alegrarnos en la tierra. Todos aquí somos menesterosos. La amargura predice el destino aquí, al lado de la gente. Que no se angustie mi corazón. No reflexiones ya más verdaderamente apenas de mí mismo tengo compasión en la tierra. Ha venido a crecer la amargura, junto a ti a tu lado, Dador de la Vida. Solamente yo busco, recuerdo a nuestros amigos. ¿Acaso vendrán una vez más, acaso volverán a vivir; sólo una vez perecemos, sólo una vez aquí en la tierra. ¡Qué no sufran sus corazones, junto y al lado del Dador de la Vida! Jailli de la Siembra ¡Ea, ya he triunfado, he sembrado el grano! ¡Nacerá la planta mañana! y habrá que acollarla pasado mañana! ¡Y vendrá la lluvia, e inundará el agua! ¡Florecerá luego, y ya tendré el maíz! Rito del Triunfo ¡Ea, el triunfo, ea, el triunfo! ¡He aquí el arado! Potente. . . ¡He aquí el surco, he aquí la tierra! Sol. . . ¡He aquí mi mano y mi sudor! Grande. . . ¡Hurra, la simiente, hurra! Padre. . . ¡Hurra, Sol, hurra! ¡Vé al surco y dale tu aliento! ¡Hurra, Pachamama, hurra! ¡Al vientre de Pachamana, que da vida y fructifica! ¡Ea, el triunfo, ea, el triunfo! Poesía Quechua WANKA Llanto de las ñustas a la muerte de Atawallpa Lloremos, lágrimas de sangre lloremos, con desesperación, a gritos, lloremos, que el sol para siempre la luz a sus ojos quitó. No miraremos más su frente, ni oiremos más su voz, ni su mirada cariñosa velará por su pueblo. Poesía Quechua TAKI Canción de Chuchiqahapaj Tú eres noble del Cusco, yo soy noble de Colla. Juntos beberemos y comeremos y conversaremos sin que nadie intervenga. Yo soy de los que usan asiento de plata; tú, de los que usan de oro; tú eres de los que adoran a Viracocha, preceptor del mundo; yo soy de los que adoran al Sol.

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