ACTO TERCERO
Sale
LAURENCIA, desmelenada
LAURENCIA: Dejadme entrar, que bien puedo,en consejo
de los hombres que bien puede una mujer,si no a dar voto, a dar voces
¿Conocéisme?
ESTEBAN: ¡Santo cielo! ¿No es mi hija?
JUAN ROJO: ¿No conoces a Laurencia?
LAURENCIA: Vengo tal, que mi diferencia os pone en
contingencia quién soy.
ESTEBAN: ¡Hija mía!
LAURENCIA: No me nombres tu hija.
ESTEBAN:¿Por qué, mis ojos? ¿Por qué?
LAURENCIA: Por muchas razones, y sean las principales:
porque dejas que me roben tiranos sin que me vengues, traidores sin que me
cobres.
Aún no era yo de Frondoso, para que digas que tome,
como marido, venganza; que aquí por tu cuenta corre; que en tanto que de las
bodas no haya llegado la noche, del padre, y no del marido, la obligación
presupone; que en tanto que no me entregan una joya, aunque la compren, no ha
de correr por mi cuenta las guardas ni los ladrones.
Llevóme de vuestros ojos a su casa Fernán Gómez; la
oveja al lobo dejáis como cobardes pastores. ¿Qué dagas no vi en mi pecho? ¿Qué
desatinos enormes, qué palabras, qué amenazas, y qué delitos atroces, por
rendir mi castidad a sus apetitos torpes? Mis cabellos ¿no lo dicen? ¿No se ven
aquí los golpes de la sangre y las señales? ¿Vosotros sois hombres nobles?
¿Vosotros padres y deudos? ¿Vosotros, que no se os rompen las entrañas de
dolor, de verme en tantos dolores?
Ovejas sois, bien lo dice de Fuenteovejuna el hombre.
Dadme unas armas a mí pues sois piedras, pues sois tigres... --Tigres no,
porque feroces siguen quien roba sus hijos, matando los cazadores antes que
entren por el mar y pos sus ondas se arrojen. Liebres cobardes nacistes;
bárbaros sois, no españoles. Gallinas, ¡vuestras mujeres sufrís que otros
hombres gocen! Poneos ruecas en la cinta. ¿Para qué os ceñís estoques? ¡Vive
Dios, que he de trazar que solas mujeres cobren la honra de estos tiranos,la
sangre de estos traidores, y que os han de tirar piedras, hilanderas,
maricones,amujerados, cobardes,y que mañana os adornen nuestras tocas y
basquiña solimanes y colores!
A Frondoso quiere ya, sin sentencia, sin pregones,
colgar el comendador del almena de una torre;de todos hará lo mismo;y yo me
huelgo, medio-hombres,por que quede sin mujeres esta villa honrada, y torne aquel siglo de amazonas,eterno espanto del
orbe.
ESTEBAN: Yo, hija, no soy de aquellos que permiten que
los nombres con esos títulos viles.Iré solo, si se ponen todo el mundo contra mí.
JUAN ROJO: Y yo, por más que me asombre la grandeza
del contrario.
REGIDOR: ¡Muramos todos!
BARRILDO: Descoge un lienzo al viento en un palo,y
mueran estos enormes.
JUAN ROJO ¿Qué orden pensáis tener?
MENGO: Ir a
matarle sin orden.Juntad el pueblo a una voz;que todos están conformes en que
los tiranos mueran.
ESTEBAN: Tomad
espadas, lanzones,ballestas, chuzos y palos.
MENGO: ¡Los reyes nuestros señores vivan!
TODOS: ¡Vivan muchos años!
MENGO: ¡Mueran tiranos traidores!
TODOS:¡Tiranos traidores, mueran!
Vanse todos
LAURENCIA: Caminad, que el cielo os oye.¡Ah, mujeres
de la villa!¡Acudid, por que se cobre vuestro honor, acudid, todas!...
COMENDADOR: ¿Ruido?
FLORES: Y de manera que interrumpen tu justicia,
señor.
ORTUÑO: Las puertas rompen.
Ruido
COMENDADOR: ¡La puerta de mi casa, y siendo casa de la
encomienda!
FLORES:El pueblo junto viene.
Dentro
JUAN ROJO: ¡Rompe, derriba, hunde, quema, abrasa!
ORTUNO: Un
popular motín mal se detiene.
COMENDADOR: ¿El pueblo contra mí?
FLORES: La furia: pasa tan adelante, que las puertas
tiene echadas por la tierra.
COMENDADOR: Desatadle. Templa, Frondoso, ese villano
alcalde.
FRONDOSO: Yo voy, señor; que amor les ha movido.
Vase FRONDOSO. Dentro
MENGO:¡Vivan Fernando e Isabel, y mueran los
traidores!
FLORES: Señor, por Dios te pido que no te hallen aquí.
COMENDADOR: Se perseveran, este aposento es fuerte y
defendido. Ellos se volverán.
FLORES: Cuando se alteran los pueblos agraviados, y
resuelven, nunca sin sangre o sin venganza vuelven.
COMENDADOR: En esta puerta, así como rastrillo su
furor con las armas defendamos.
Dentro
FRONDOSO: ¡Viva Fuenteovejuna!
COMENDADOR: ¡Qué caudillo! Estoy porque a su furia
acometamos.
FLORES: De la tuya, señor, me maravillo.
ESTEBAN: Ya el tirano y los cómplices miramos.
¡Fuenteovejuna, y los tiranos mueran!
Salen todos
COMENDADOR: Pueblo, esperad.
TODOS: Agravios nunca esperan.
COMENDADOR: Decídmelos a mí, que iré pagando a fe de
caballero esos errores.
TODOS: ¡Fuenteovejuna!
¡Viva el rey Fernando! ¡Mueran malos cristianos y traidores!
COMENDADOR ¿No me queréis oír? Yo estoy hablando, yo soy vuestro señor.
TODOS: Nuestros señores son los reyes católicos.
COMENDADOR: Espera.
TODOS:¡Fuenteovejuna, y Fernán Gómez muera!
Vanse y salen las mujeres armadas
LAURENCIA: Parad en este puesto de esperanzas,
soldados atrevidos, no mujeres.
PASCUALA: ¿Los que mujeres son en las venganzas, en él
beban su sangre, es bien que esperes?
JACINTA: Su cuerpo recojamos en las lanzas.
PASCUALA: Todas son de esos mismos pareceres.
Dentro
ESTEBAN: ¡Muere, traidor comendador!
Dentro
COMENDADOR: Ya muero.¡Piedad, Señor, que en tu
clemencia espero!...
JUEZ: Decid la verdad, buen viejo.
FRONDOSO: Un viejo, Laurencia mía, atormentan.
LAURENCIA: ¡Qué porfía!
ESTEBAN: Déjenme un poco.
JUEZ: Ya os dejo. Decid: ¿quién mató a Fernando?
ESTEBAN: Fuenteovejuna
lo hizo.
LAURENCIA: Tu nombre, padre, eternizo [a todos vas
animando].
FRONDOSO: ¡Bravo caso!
JUEZ: Ese muchacho aprieta. Perro, yo sé que lo sabes. Di quién fue. ¿Callas? Aprieta, borracho.
NIÑO: Fuenteovejuna, señor.
JUEZ: ¡Por vida del rey, villanos, que os ahorque con
mis manos!¿Quién mató al comendador?
FRONDOSO: ¡Que a un niño le den tormento y niegue de
aquesta suerte!
LAURENCIA:¡Bravo pueblo!
FRONDOSO: Bravo y fuerte.
JUEZ: Esa mujer al momento en ese potro tened.Dale esa
mancuerda luego.
LAURENCIA: Ya está de cólera ciego.
JUEZ: Que os he de matar, creed, en este potro, villanos.
¿Quién mató al comendador?
PASCUALA Fuenteovejuna,
señor.
JUEZ: ¡Dale!
FRONDOSO: Pensamientos vanos.
LAURENCIA: Pascuala niega, Frondoso.
FRONDOSO: Niegan niños. ¿Qué te espanta?
JUEZ: Parece que los encantas. ¡Aprieta!
PASCUALA:¡Ay, cielo piadoso!
JUEZ: ¡Aprieta, infame! ¿Estás sordo?
PASCUALA: Fuenteovejuna lo hizo.
JUEZ: Traedme aquel más rollizo, ese desnudo, ese
gordo.
LAURENCIA: ¡Pobre Mengo! Él es, sin duda.
FRONDOSO: Temo que ha de confesar.
MENGO: ¡Ay, ay!
JUEZ: Comenza a apretar.
MENGO: ¡Ay!
JUEZ: ¿Es menester ayuda?
MENGO:¡Ay, ay!
JUEZ: ¿Quién mató, villano, al señor comendador?
MENGO: ¡Ay, yo lo diré, señor!
JUEZ: Afloja un poco la mano.
FRONDOSO: El confiesa.
JUEZ: Al palo aplica la espalda.
MENGO: Quedo; que yo lo diré.
JUEZ: ¿Quién lo mató?
MENGO: Señor, ¡Fuenteovejuna!
JUEZ: ¿Hay tan gran bellaquería? Del dolor se están burlando.
En quien estaba esperando, niego con mayor porfía. Dejadlos; que estoy cansado…
REY: Sed juez de estos agresores.
MAESTRE: Si a vos, señor, no mirara, sin duda les
enseñara a matar comendadores.
REY: Eso ya no os toca a vos.
ISABEL: Yo confieso que he de ver el cargo en vuestro
poder si me lo concede Dios.
Sale el JUEZ
JUEZ: A Fuenteovejuna fui de la suerte que has mandado
y con especial cuidado y diligencia asistí. Haciendo averiguación del cometido
delito, una hoja no se ha escrito que sea en comprobación; porque conformes a
una, con un valeroso pecho, en pidiendo
quién lo ha hecho, responden: “Fuenteovejuna."Trescientos he atormentado
con no pequeño rigor, y te prometo, señor, que más que esto no he sacado Hasta
niños de diez años al potro arrimé, y no ha sido posible haberlo inquirido ni por halagos ni
engaños. Y pues tan mal se acomoda el poderlo averiguar, o los has de
perdonar o matar la villa toda. Todos
vienen ante ti para más certificarte; de ellos podrás informate.
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