La novela moderna es aquella
que se fundamenta en la crítica universal y en la experimentación de lo nuevo.
Es un tipo de literatura que rompe con el estigma tradicional para centrarse en
el racionalismo del mundo moderno y la adaptación del hombre en este, siendo a
diferencia de los géneros clásicos, una literatura llena de crítica y duda
generalmente por el modo de vida del mundo cambiante en el que vivimos.
Su origen se da con la aparición de Don Quijote de la
mancha en 1605 dándole una perspectiva diferente para centrarse en el
racionalismo del mundo
Características:
Realismo o verosimilitud: creación de una atmósfera, de un mundo a imagen y
semejanza del real, donde aparecen diferentes tipos de personajes, situaciones,
sentimientos, etc.
Carácter no heroico del protagonista: El héroe se convierte en personaje. El héroe
novelesco será una persona común con la que podemos identificarnos.
Evolución del carácter del personaje a
lo largo de la obra: (los héroes
caballerescos estaban construidos en bloques de perfección o imperfección
inalterables). Los personajes novelescos se irán haciendo, y el lector
profundizará en su psicología a medida que avancen en la lectura de la obra.
Consciencia del enfrentamiento entre el
individuo y la sociedad.
Coherencia interna del relato: antes no se había logrado, pero Cervantes sí supo integrar
todos los personajes y hechos en torno a don Quijote, lo que da unidad y
coherencia a las dos partes de la novela. Incluso los relatos
intercalados están bien relacionados.
Narración dialogada: además de haber diálogo, este debe ser heterofónico,
es decir, cada personaje debe hablar con voz propia, de modo que sus palabras
sirvan para su caracterización
Caracteres resaltantes de Don Quijote.
· Obra como creadora de la narrativa
moderna: ya que con ella se inicia este tipo de
trabajo
· Obra como síntesis de corrientes narrativas: en Don Quijote
se unen todas las formas novelescas
conocidas por ejemplo:
· La narración pastoril en el relato de
los personajes Marcela y Crisóstomo
· Novela sentimental en la historia de
Dorotea y Cardenio, Fernando y Lusinda
· Elemento novelesco psicológico con la
historia del curioso impertinente
· Novela picaresca con las aventuras de
Galeotes, de Maritornes, y el retablo del Maese Pedro
· Relato morisco en el episodio del cautivo y la hermosa
Zoraida
· Novela de aventuras en la historia del cautivo
· Elemento caballeresca el cual es el eje central de la obra.
· Sátira de las novelas de caballería, esta obra representa el aborrecimiento del autor por las
novelas de caballería, por ello el héroe
Don Quijote lejos de ser un hermoso y valiente caballero, es un hombre
adulto flaco y medio loco de
tanto leer dichas novelas, no
obstante se mantuvo la necesidad de
ayudar a los desvalidos, por eso se afirma que esta obra es la última y más
perfecta novela de caballería
Realización de los personajes
Don Quijote, quien vive obsesionado por los libros de
caballería, se lanza a la aventura. Es un personaje bondadoso e ingenioso,
adquiere personalidad a medida que avanza la obra
Sancho Panza impulsado por el deseo material inmediato,
es símbolo de la realidad, de la vida práctica. Es un personaje gordo
Estos dos personajes no se oponen de allí que
el autor al final presenta la quijotizacion de Sancho Panza y la sanchificacion
de Don Quijote
Dulcinea del Toboso representa la rustica aldeana, no muy
hermosa pero que se llena de belleza y
atractivo por la fantasía de Don
Quijote.
Humorismo surge de la fantasía frente a la
realidad, de de lo ridículo frente a la
seriedad, es la vida misma de Cervantes cargada de amargura y de fracasos
por lo que prefiere sonreír. De allí que el humos del libro sea un humor
melancólico
El estilo y lenguaje es
variado, el lenguaje es familiar, similar al que solía usarse en los libros de
caballería o en los romances antiguos y no faltan ejemplos de lenguaje culto y
literario.
Universalidad
reside en el homenaje al hombre universal, con sus virtudes y defectos,
el Quijote es, además, un apasionado canto a la dignidad y libertad humanas.
Información sobre el autor
Miguel
de cervantes: (Alcalá de Henares, 29 de
septiembre de 1547 – Madrid, 22 de
abril1 de 1616) fue un soldado, novelista, poeta y dramaturgo español.
Es
considerado una de las máximas figuras de la literatura española y
universalmente conocido por haber escrito Don Quijote de la Mancha, que
muchos críticos han descrito como la primera novela moderna y una de
las mejores obras de la literatura universal. Se le ha dado el sobrenombre de Príncipe
de los Ingenios y el manco de Lepanto por una herida sufrida durante su participación en una batalla
cuando era soldado.
Algunas de sus obras son:
·
La Galatea (1585)
·
El ingenioso hidalgo
don Quijote de la Mancha (1605)
·
Novelas
ejemplares (1613)
·
El ingenioso caballero
don Quijote de la Mancha (1615)
·
Los trabajos de
Persiles y Segismunda (1617)
Fragmento de DON QUIJOTE
un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mismo, los días de entre semana se honraba con su vellori de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada (que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben), aunque por conjeturas verosímiles se deja entender que se llama Quijana; pero esto importa poco a nuestro cuento; basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.
Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año) se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura, para comprar libros de caballerías en que leer; y así llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y de todos ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famoso Feliciano de Silva: porque la claridad de su prosa, y aquellas intrincadas razones suyas, le parecían de perlas; y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafío, donde en muchas partes hallaba escrito: la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura, y también cuando leía: los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas se fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza. Con estas y semejantes razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas, y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara, ni las entendiera el mismo Aristóteles, si resucitara para sólo ello. No estaba muy bien con las heridas que don Belianis daba y recibía, porque se imaginaba que por grandes maestros que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el cuerpo lleno de cicatrices y señales; pero con todo alababa en su autor aquel acabar su libro con la promesa de aquella inacabable aventura, y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma, y darle fin al pie de la letra como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo estorbaran.
Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar (que era hombre docto graduado en Sigüenza), sobre cuál había sido mejor caballero, Palmerín de Inglaterra o Amadís de Gaula; mas maese Nicolás, barbero del mismo pueblo, decía que ninguno llegaba al caballero del Febo, y que si alguno se le podía comparar, era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy acomodada condición para todo; que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le iba en zaga.
En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.
Decía él, que el Cid Ruy Díaz había sido muy buen caballero; pero que no tenía que ver con el caballero de la ardiente espada, que de sólo un revés había partido por medio dos fieros y descomunales gigantes. Mejor estaba con Bernardo del Carpio, porque en Roncesvalle había muerto a Roldán el encantado, valiéndose de la industria de Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos. Decía mucho bien del gigante Morgante, porque con ser de aquella generación gigantesca, que todos son soberbios y descomedidos, él solo era afable y bien criado; pero sobre todos estaba bien con Reinaldos de Montalbán, y más cuando le veía salir de su castillo y robar cuantos topaba, y cuando en Allende robó aquel ídolo de Mahoma, que era todo de oro, según dice su historia. Diera él, por dar una mano de coces al traidor de Galalón, al ama que tenía y aun a su sobrina de añadidura.
En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra, como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras, y a ejercitarse en todo aquello que él había leído, que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros, donde acabándolos, cobrase eterno nombre y fama.
h
ResponderEliminarhola
ResponderEliminarbueno me ayudo gracias
ResponderEliminarHola juan
ResponderEliminar:v
ResponderEliminarmmmm
ResponderEliminarbueno eeee
ResponderEliminarcontigopipo
ResponderEliminarme ayudo un culoooooo
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