El Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le roben
el sueño de los ojos...
El Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le boten
los párpados con hacha...
El Gaspar Ilóm deja que a la tierra de Ilóm le
chamusquen la ramazón de las pestañas con las quemas que ponen la luna color de
hormiga vieja...
El Gaspar Ilóm movía la cabeza de un lado a otro.
Negar, moler la acusación del suelo que estaba dormido con su petate, su sombra
y su mujer y enterrado con sus muertos y su ombligo, sin poder deshacerse de
una culebra de seiscientas mil vueltas de lodo,
luna, bosques, aguaceros, montañas, pájaros y
retumbos que sentía al rededor del cuerpo.
La tierra cae soñando de las estrellas, pero
despierta en las que fueron montañas, hoy cerros pelados de Ilóm, donde el
guarda canta con lloro de barranco, vuela de cabeza el gavilán, anda el
zompopo, gime la espumuy y duerme con su petate, su sombra y su mujer el que
debía trozar los párpados a los que hachan los árboles, quemar las pestañas a los
que chamuscan el monte y enfriar el cuerpo a los que atajan el agua de los ríos
que corriendo
duerme y no ve nada pero atajada en las pozas abre
los ojos y lo ve todo con mirada honda...
El Gaspar se estiró, se encogió, volvió a mover la
cabeza de un lado a otro para moler la acusación del suelo, atado de sueño y
muerte por la culebra de seiscientas mil vueltas de lodo, luna, bosques,
aguaceros, montañas, lagos, pájaros y retumbos que le martajaba los huesos
hasta convertilo en una masa de frijol negro; goteaba noche de profundidades.
Y oyó, con los hoyos de sus orejas oyó:
Conejos amarillos en el cielo, conejos amarillos en
el monte, conejos amarillos en el agua guerrearán con el Gaspar. Empezará la
guerra mel Gaspar Ilóm arrastrado por su sangre, por su río, por su habla de
ñudos ciegos...
La palabra del suelo hecha llama solar estuvo a
punto de quemarles las orejas de tuza a los conejos amarillos en el cielo, a
los conejos amarillos en el monte, a los conejos amarillos en el agua; pero el
Gaspar se fue volviendo tierra que cae de donde cae la tierra, es decir, sueño
que no encuentra sombra para soñar en el suelo de Ilóm y nada pudo la llama
solar
de la voz burlada por los conejos amarillos que se
pegaron a mamar en un papayal, convertidos en papayas del monte, que se pegaron
al cielo, convertidos en estrellas, y se disiparon en el agua como reflejos con
orejas.
Tierra desnuda, tierra despierta, tierra maicera con
sueño, el Gaspar que caía de donde cae la tierra, tierra maicera bañada por
ríos de agua hedionda de tanto estar despierta, de agua verde en el desvelo de
las selvas sacrificadas por el maíz hecho hombre
sembrador de maíz. De entrada se llevaron los
maiceros por delante con sus quemas y sus hachas en selvas abuelas de la
sombra, doscientas mil jóvenes ceibas de mil años
Miguel
Ángel Asturias
(Guatemala, 1899 – París, 1974) Poeta, narrador,
dramaturgo, periodista y diplomático guatemalteco, considerado uno de los
protagonistas de la literatura hispanoamericana del siglo XX. El empleo
personal que hace de la lengua castellana constituye uno de los mundos verbales
más densos, sugerentes y dignos de estudio de las letras hispánicas.
Su primera obra importante es Leyendas de
Guatemala(1930), conjunto de relatos que apareció en París con un prólogo
de P. Valéry, y que pertenece a su primer ciclo junto con El Señor
Presidente (1946) y Hombres de maíz (1949). El
Señor Presidente tiene como asunto la vida en Guatemala durante la
dictadura de Estrada Cabrera. Dice el autor que "(...) a través de mi piel
se filtró el ambiente de miedo, de inseguridad, de pánico telúrico que se
respira en la obra". En Hombres de maízse puede ver el
realismo mágico que subyace en toda su creación literaria. Representa, además,
una consideración acerca del desarrollo de la humanidad desde una sociedad
primitiva, analfabeta, y desde el mundo actual, liberal y capitalista.
En el género del cuento escribió además Week-end
en Guatemala, (1955), El espejo de Lida Sal (1967), Tres
de cuatro soles (1971). Además de las novelas mencionadas,
publicó Viento fuerte (1950), El Papa verde (1954), Los
ojos de los enterrados (1960), El alhajadito (1961), Mulata
de tal (1963), Maladrón(1969) y Viernes de dolores (1972).
En teatro merecen citarse Soluna (1955), La
audiencia de los confines (1957), Chantaje y Dique
seco (1964). En poesía, Anoche, 10 de marzo de 1543 (1943), Sien
de alondra (1948), Ejercicios poéticos en forma de soneto
sobre temas de Horacio (1951), Alto en el sur(1952), Bolívar,
Canto al libertador (1955), Nombre custodio e imagen pasajera (1959)
y Clarivigilia primaveral (1965). En ensayo, El
problema social del indio (1923), Arquitectura de la vida
nueva (1928),Carta aérea a mis amigos de América (1952) yLatinoamérica
y otros ensayos (1968).
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